viernes, 27 de febrero de 2009




Hoy amanece como todos los días.

Suena mi despertador “la tele” dudo en levantarme pues la flojera de la mañana no me deja moverme. Este día pude lograrlo salí a correr.


Así es cuando pienso en ti.

Tomo el teléfono y no te llamo, quizá espero que suene y que seas tú el que llama. En estos momentos no me importa si me despiertas a las 8 de la mañana, no me importa aun cuando no veo esperanzas de que vuelvas conmigo.

Quisiera decir que siempre voy amarte así toda la vida, el problema es que cada vez Te Amo más y sinceramente quisiera Amarte menos.

Amarte menos sería la solución a toda mi existencia ya que no se si tú me amas; abrazarte reír eh intentar malos chistes no puedo hacerlo bajo presión. No puedo mantener mi tono de voz, tartamudeo, miro a todos lados y pienso “concéntrate torpe”.

Sé que no puedo verte todo el tiempo, mi trabajo y el tuyo, nuestros tiempos no son los más coordinados del mundo; lo peor es que, aun que pudiera no sé si tú deseas verme.

Si al menos supiera que deseas verme, yo haría garras mi tiempo, correría, trabajaría más para terminar más temprano, lo que fuera por estar tan solo un momento contigo.

Quisiera que no hubiera la necesidad de música para abrazarte, quisiera poder acariciar tu piel, aspirar tu perfume y besar tus labios.

Que mal me ha ido en el Amor, y que bien me fue hace tan poco tiempo.

Mira que sorpresa la mía que contigo me fue bien y que contigo mismo me esta yendo tan mal. No quiero seguír escribiendo, tengo mucho que decir.

Sé que es mejor decir las cosas de frente, tal vez lo haga un día de estos cuando este segura de que vas a escucharme; por lo pronto se que si no rompes esta carta, la leerás varías veces y si la lees varias veces tal vez sea una buena señal a mi favor.
No sé dónde buscar palabras para decirte lo que siento.

Ay tantos lugares en los que puedo encontrar cosas bellas, pero ninguna es digna de comparase con los sentimientos de los cuales tu eres el Dueño absoluto.

Aun así puedo decir que mi Amor se compara con todo aquello que no puedo entender pero que me hace sonreír sin razón.

Si bien tengo miedo de equivocarme, esta vez planeo llevar esto hasta las últimas consecuencias ya no deseo volver a sufrir el dolor de sentir te he perdido.

Quizá me falto decir que las cosas no iban a ser fáciles, que tendríamos que pasar pruebas, que teníamos que conocernos y aceptar nuestras diferencias.

Yo soy de la idea de que todo marchaba bien que empezábamos a conocernos mejor, y entendí que esa fue la razón de que comenzaran los roces entre nosotros.

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